En
tiempos difíciles, ya sea por la inseguridad, la falta de liquidez, una
economía no del todo buena, problemas familiares o de salud, he notado que
generalmente somos dados a la introspección y eso desde mi perspectiva me
parece muy bien, sólo que la pregunta en este caso es ¿Por qué tenemos que
esperar a que suceden hechos que nos aflijan para ser introspectivos?
Me
parece que una respuesta tendría que ser el miedo, ahora la cuestión es ¿miedo
a que? El ser humano tiende en múltiples ocasiones a desmoronarse ante los
problemas que se le presenten sean de la índole que sean.
La fuerza moral, el temple, la firmeza de carácter no es algo que los individuos trabajen de manera permanente de tal suerte que el estudio de la vida y de la naturaleza les permita observar los hechos que suceden de manera cotidiana como un proceso natural y que nada permanece, sólo debemos esperar de manera estoica, serena y tranquila a que las cosas que nos afligen pasen, y que la dualidad de las cosas, la ley del péndulo o el fluir y refluir de la vida misma nos permita cambiar de posición.
No
obstante, creo que una persona que se entrena (como lo haría cualquier
deportista), de manera constante en purificar su alma, en limpiar su espíritu
de las a tribulaciones diarias, puede observar el flujo y reflujo de las cosas y
de esa manera colocarse lejos de una o cerca de la otra según convenga.
Lo
que he podido observar son los diferentes métodos de solución de estos
problema, no falta el que se refugia en
el alcohol pretendiendo de esa manera salir de las confusiones que atraviesan
por su vida, las religiones comúnmente utilizan de manera frecuente la oración
y, otros más la reflexión en sus diferentes grados.
Lo
que me queda claro, es que el ser humano de una forma u otra busca sentirse
aliviado aligerado de los problemas que le aquejan, para ello, inicia su búsqueda,
sin importarle los métodos que utilice y muchos de este actuar es inconsciente.
La
naturaleza humana con el transcurso del tiempo nos lleva a crear y sentir una
especie de apego a las cosas, de tal suerte que cuando están dejan de estar a
nuestro alcance nos sentimos desprotegidos, faltos carentes de aquello que se
nos va, (un amor, la pérdida de un ser querido).
En
tiempos difíciles, también ocurre que nos aflige la falta de liquidez
económica, los gastos personales y de la casa no permiten que llevemos a cabo
nuestros proyectos, más allá esta incertidumbre de bienestar nos desgasta tanto
física como emocionalmente, no pocas son las horas que le dedicamos a buscar la
forma de salir adelante con nuestras familias, el tener un techo seguro y el
alimento nos permite tener tranquilidad; sin embargo, los tiempos actuales y
esta sociedad de consumismo nos impone un ritmo de vida y una visión de lo que
debe ser una persona, lo que nos lleva a ser presas del mercado de todo tipo,
la educación por ejemplo, las escuelas públicas ya no son suficientes y el
darles una oportunidad a nuestros hijos de formarse es una verdadera
preocupación.
Las fotos de esta entrada pertenecen a mi autoria
No hay comentarios:
Publicar un comentario