sábado, 8 de diciembre de 2012

Inspiraciòn


En la vida existen una serie de personas, cosas, situaciones que nos motivan y nos mueven a realizar una serie de cosa que sin ese aliciente no lo hubiéramos hecho nunca. De repente ese algo nos mueve alguna fibra interna, aunque a ciencia cierta no se realmente que sucede en nuestro organismo que nos permite tener la sensibilidad para trasmitir emociones sentimientos, describir una serie de situaciones y hechos que en muchas ocasiones se asemejan a situaciones que otras personas han vivido, experimentado y ello hace la conexión necesaria entre el que escribe y quien lo lee.

Mi querido amigo Alejandro Yañez Arancibia, se expresa de esa forma de mi cuando escribo,  para él mi forma de relatar las cosas es directa y conecta con los demás; no obstante hace unos meses me inspiración se ha atascado, frustrado y no es que no tenga motivos, temas o situaciones que plantear, sin embargo, no entiendo que pasa, que no encuentro las palabras para trasmitir lo que veo, oigo y siento.

Como no soy un escritor profesional, no me siento ante el ordenador a una hora cierta del día, esperando que de manera sigilosa o sorpresiva llegue la inspiración, creo que lo mío es emocional situacional, no, no es algo profesional escribo para mi, para vaciar mi alma de emociones, para dejar mi mente divagar libre en el mundo de las ideas y crear situaciones, mundos cosas que veo y otras que nunca imagine.

Mi emotividad tiene que ver con una bella canción, con el canto de un ave, con la calma de la naturaleza, con la quietud del silencio, con el eterno contraste con el ciclo de la vida, con una bella amistad, con un paseo por una calle, con la lectura de un libro, con mis recuerdos que ahora afortunadamente ya son muchos, lo mío es muy emocional.

Me encanta escribir, escuchando música suave, la nota triste o alegre del piano, sentir como el pianista se desliza de manera suave, a veces enérgica sobre el teclado, sentir el aire sobre mi cara que entra por la ventana, levantar la vista  y mirar el verde  del campo y el azul del cielo ver como ambos se funden en un todo, me gusta sentir como fluye mi alma al ritmo de mis dedos sobre la maquina.

Escribir y percibir no sólo la inspiración, si no los olores y colores que me rodean y en esa abstracción del alma, evocar otros olores y colores de momentos idos, por ejemplo la  soledad del bosque, el susurro del aire sobre los árboles, el canto de los pájaros, la melodía que se escucha en el silencio, la humedad del bosque, el crujir de una rama, o el picotear de un pájaro sobre el tronco de un árbol buscando alimento. Tirarme, sobre alguna piedra dejar fluir mi espíritu, dejarlo fundirse con ese espacio y ese momento, algo que va perdurar por siempre mientras tenga vida.

Creo que la inspiración es como la energía, esta fluye de manera constante; sin embargo, a veces estamos ocupados en otras cosas que son menos importantes y eso no permite que nos dediquemos un tiempo a nosotros mismos, dejar las complicaciones de la vida, por unos momentos de paz y de tranquilidad y al final a esto se le llama inspiración. Considero que esta –la inspiración  , en algún momento tiene que brotar no se puede contener la fuerza del agua, cuando esta corre por algún lugar aparece, la inspiración es algo parecido no se le puede contener o encerrar, esta tiende a escaparse a fluir, busca su libertad