sábado, 17 de septiembre de 2011

Pasos


Los oigo venir por la calle, presurosos, firmes, vacilantes, calmados, tranquilos, cansados, joviales, imperceptibles, ruidosos, se alejan cuesta arriba, cuesta abajo, en el calor, en el frio o en la lluvia, siguen su camino, casi nunca se detienen, sólo para descansar ¡a donde irán!, quien lo sabe siguen muchas direcciones, se bifurcan por todos lados.


Los pasos siguen diferentes caminos, diversas sendas; por lo tanto, encuentran distintos finales, unos quizás muy cercanos otros tal vez lejanos. Algunos quizás encuentren caminos sencillos, de fácil transito, otros seguramente encontraron obstáculos difíciles, caminos al parecer intransitables llenos de maleza y de obstáculos, seguramente no todos los pasos encontraran sendas sencillas, ¿me pregunto si todos concluirán su camino? No lo se, tal vez alguno se queden en su trayecto, estos miraran truncados su camino, no conocerán el final de la senda.

Los más llegaran a buen puerto, felices de haber terminado su trayecto, llenos de alegría se sentaran a lado del camino bajo la sombra de algún árbol para mirar el camino recorrido y mirar lo cerca de  su destino.

Y que si los pasos andados no eran por el camino correcto, se tendrá que desandar lo andado, que cansancio el volver a dar el primer paso para otra nueva ruta, otra nueva senda.

Todos los pasos que damos en nuestra vida tienen un fin, todos nos llevan algún lado, satisfacen una necesidad; sin embargo, no somos consientes de ese primer paso que en algunas ocasiones resulta muy difícil darlo, y que seguramente en la mayoría de las veces nos cambia la vida, la perspectiva de las cosas.

Ese primer paso es el génesis de todo un camino que habremos de recorrer en la vida, nos lleva a muchas facetas de nuestra existencia la cual culminamos sea cual sea el resultado y no somos consientes de ello.

Ese primer paso vacilante que nos levanta cuando niños y nos permite descubrir toda una nueva experiencia de vida que ya no nos dejará, también nos conduce de manera inexorable de manera vacilante al dar el último paso de nuestra vida.

Ojala fuéramos consientes y nos sentáramos a mirar el primer paso de nuestra vida a donde nos ha conducido, lo cual muchas veces resulta tan difícil como: la elección de la pareja, la separación de la pareja, la carrera a estudiar, el trabajo de nuestra preferencia, el ofrecer disculpa a otro ser humano, el dejar de  ingerir alcohol, drogas, a elevar nuestro espíritu y nuestro intelecto, entre otras.

Ese primer paso, que nos levanta del suelo, nos da la vida, nos lleva por caminos insospechados, nos fortalece y nos conduce a conquistar otros ámbitos que antes de él eran impensables, nos empuja a conocer nuevos mundos, nuevas experiencias, nuevas emociones.

Ese primer paso se debe aplicar de manera metafórica a todos los actos de nuestra vida.

Gracias a mis pies que me han levantado del lecho en que estaba postrado y me han traído hasta aquí, mañana no se aun hasta donde me conducirán, pero al día de hoy hemos descubierto un mundo jamás imaginado, se que estarán listos para continuar el camino, aunque se que algunas veces están cansados, pero seguro que seguirán.