domingo, 4 de septiembre de 2011

Sensaciones


He dejado de escribir de la forma frecuente como lo venia haciendo y si lo extraño, luego me voy a la cama y me recrimino el no poder terminar el texto que tengo en el ordenador casi para terminar. Al día siguiente me dispongo  a concluir tal tarea y resulta que lo olvido, los temas cotidianos me absorben de tal suerte que estoy dejando en el tintero contar las cosas de las que soy testigo y aquellas de las cuales escucho con atención las historias.

Dejar de escribir seguramente se puede comparar con el pintor que deja su lienzo inconcluso, sólo un boceto aparece en su cuadro, algunas cuantas pinceladas denotan líneas formas y colores, las cuales reflejan y expresan una idea, una visión muy particular de quien la mira e incluso algo puede ser modificado por él o como ocurre con el escritor.

Allí en ese cuadro, en ese mundo, en ese universo particular, se genera una idea una visión de las cosas, simple, sencilla, casi imperceptible, pero hay un embrión algo nace, algo emerge, algo viene a la luz.

De ese cuadro en algún momento inexistente surge la luz se expresa una idea, un concepto, algo nace a la vida, el pintor o el escritor se convierten  en creador, su obra poco a poco aparece y expresa en colores, con sonido,  en formas y en movimientos todo un mundo nuevo.

Dice Aristóteles que: “nada está en la mente que antes no haya estado en los sentidos”, yo me niego a creer en esa afirmación como una verdad absoluta; en la aseveración de que sólo la experiencia sensitiva nos puede hacer creativos, creo en la experiencia como método de comprobación, pero también creo en la inspiración, en los sueños en la imaginación, en las emociones, en el amor, incluso en la pasión como forma de dejar lo mejor de nosotros en todo lo que hacemos, que las cosas en que nos empeñamos en realizar las hagamos con el corazón, con el deseo profundo de hacerlas bien; también creo en ese mundo de las ideas, que Platón compara con la caverna, y en este sentido me pregunto ¿Porque un ser humano tiene que ser desprovisto de estos dos mundos?

Ambas formas de explicar la existencia del ser humano en nada se excluyen antes se complementan, necesarios incluso para la formación del  individuo, porque creer que sólo existe un mundo racional y que este sólo puede ser explicado de manera racional, es reducir al ser humano a su parte material.

De acuerdo con Aristóteles debemos creer en lo que podemos ver, tocar, sentir  y obviamente dejar a un lado nuestra verdadera esencia como seres humanos que esta muy lejos del mundo material en el que vivimos. El ser humano no se puede reducir a esta visión, la humanidad el individuo es más que ello.

El instrumento allí está, pero la partitura no surge, si no existe inspiración, sino existe emoción, si el espíritu no se siente rozagante, las notas de una rica melodía no surcan el espacio si no se vive la emoción, si no existe el amor, si no se ama a la vida, si falta la pasión por ella.

Porque traigo esto a colación, por la sencilla razón de que me doy cuenta que he dejado de escribir con el corazón, le he dado paso más a la experiencia sensitiva y he dejado de escribir con el alma, con la pasión,  he dejado de escuchar la voz interna y no quiero dejar de ser yo.

Mi conclusión es que en todos los actos de nuestra vida, utilicemos ambos mundos, tanto el mundo sensitivo (el mundo de la experiencia) como el mundo de las ideas, somos productos de estos dos universos también expuestos por Platón y Aristóteles, a ambos les asiste la razón, en el largo camino de la evolución la  humanidad acumulado una serie de experiencias que le han permitido desarrollarse usando ambos mundos ideas y razón (religión y ciencia).