jueves, 16 de junio de 2011

Evolución y Cultura


 Tal parece que el ser humano en su inconsciente, alberga un sentimiento de autodestrucción, con solo ver lo que hace con la naturaleza podemos percatarnos de ello. Todo mundo habla del calentamiento global, de las miles de hectáreas de bosque talado, de los ríos contaminados, de las toneladas de gases emitidos al ambiente;  todos somos consientes de las consecuencias que ello trae consigo: lluvias fuera de su ciclo natural, elevadas temperaturas, tsunamis, terremotos; sin embargo, día con día contribuimos al deterioro del medio ambiente.

¿Que nos hace falta para crear conciencia? Esperar que la naturaleza al sentirse amenazada, se sacuda de nosotros al considerarnos una especie invasora. Si continuamos destruyendo nuestro entorno, no habrá cultura que pueda ufanarse de ello, (digo si es que algo se llegase a salvar), sólo quedaran ruinas de lo que costo años de evolución, lo cual demostrará nuestra mezquindad.

La selva y el bosque son productores de agua, en ambos se dan intercambios de materia y energía, regularizan el equilibrio hídrico y el clima y sirven como prevención contra la erosión del suelo, protegen la biodiversidad, proporcionan madera, leña, retienen el carbono y frenan el cambio climático, generan empleo y son un lugar de esparcimiento y ocio para la población de las grandes urbes,  entre otras tantas cosas, incluso se utilizan en favor de nuestra economía; no obstante esa evolución de los bosques y selvas que tardo años y siglos en cubrir nuestro planeta, con la aparición del ser humano, han sufrido en un  periodo muy corto una tremenda agresión, rompiendo el perfecto equilibrio que existe en la naturaleza, al rasgarse ese hilo tan fino, tan sutil entre la naturaleza y el ser humano, vemos hoy en día las consecuencias de esa agresión a nuestro  entorno.


En términos generales le damos el nombre de cultura a todo aquello que ser humano hace, todo lo que ha incorporado a su entorno; no obstante me resulta, difícil comprender que la agresión que hacemos a la naturaleza le podamos llamar cultura, tal vez le podamos denominare como una cultura de la destrucción, también me resulta increíble que no entendamos que esas agresiones a la naturaleza hoy en día se está revirtiendo y ponen en peligro nuestra existencia como seres vivos.

Me queda claro que otras especies vivas se adaptaran a las nuevas condiciones que imperen en la tierra, porque aquellos vaticinios de que el mundo se va acabar no me resultan del todo ciertas se acabara nuestro mundo la forma en que vemos y percibimos las cosas; sin embargo la humanidad pasará y el sol prevalecerá, ya que muy seguramente cuando la tierra se sienta amenazada de esta especie viva llamada ser humano, se sacudirá de nosotros, no me queda la menor duda que la tierra tiene la capacidad de auto regularse, de sanar sus heridas y sobre todo de generar vida.

La arrogancia del ser humano no nos permite ver que no somos el centro de la naturaleza mucho menos del universo,  en este orden perfecto sólo somos parte de ese gran andamiaje, pero no somos indispensables para que el mundo, el universo la tierra continúe su viaje a través del tiempo y del espacio. Si no cambiamos nuestra actitud hacia el otro ser vivo llamado naturaleza y si no somos capaces de comprender que esta tiene sus leyes muy seguramente habremos de pagar muy caro las agresiones.

Agradezco a mi amigo José Antonio Galván Martínez por las fotos que se publican en esta entrada, toda vez que son de su autoría.