viernes, 30 de julio de 2010

EL ESPEJO


Ocho de la mañana, el día esta nublado, frió, lluvioso, una llovizna, ligera, imperceptible, pero moja mucho; además esta fría, como si penetrara la piel y helara los huesos; por lo ligero de la llovizna se confunden agua y neblina, me estremecí de frío, la chamarra de piel no ayudaba mucho, la abotoné como si con eso mi cuerpo ya no sintiera frío, más que otra cosa fue un acto reflejo. La calle esta desolada, a lo lejos apenas alcanzo apercibir dos automóviles que se mueven por el carril contrario. Abrí el portón que da  a la calle y cruce por el espacio que conduce a la puerta que lleva directamente a los despachos, al terminar de subir la escalera se encuentra la puerta del despacho, el cual comparto con un compañero, lo abrí y una ráfaga fría, húmeda me dio de lleno en la cara, me cuestione ¿Como estaría de frió si no se hubiera alfombrado? Prendí la computadora, para checar mis emails.


En lo que esta cargaba todos los archivos, salí hacia el baño, en la mano derecha llevaba el cepillo de dientes con pasta, empujé la puerta, me acerqué al lavabo y abrí la llave, dejé correr el agua por unos segundos y procedí a cepillarme la boca, una vez terminado, cogí la tolla que estaba frente a mí para secarme las manos y fue entonces cuando, al dar la  vuelta, ¡descubrí que el espejo no se encontraba en su lugar¡, ¡no colgaba de la pared¡, sólo se miraba la cabeza del clavo de donde este pendía, era notorio, había un espacio, algo faltaba, pero ¿quién lo quitó?, ¿para que o porque lo quitaron?, ¿el sábado aún estaba en su lugar?, ¿se habrá roto y lo tiraron a la basura?, busqué por el piso esperando encontrar algunos pedazos de vidrios rotos, pero fue en vano mi búsqueda, levanté la tapa del bote de la basura, esperando que allí encontrará algo, tampoco había nada que se pareciera a un espejo roto, que raro, no era el primero que desaparecía.


El sábado me fui casi a las siete de la noche y el espejo estaba en su lugar, ¡lo recuerdo bien ¡pues antes de salir,  fui a peinarme, lo recuerdo perfectamente y bueno hoy soy el primero en llegar, ¿será que alguien vino a trabajar el día de ayer  y por descuido lo rompió y pregunté a la secretaria, y  claro también le pregunté a mi compañero de despacho talvez ellos me pueda decir algunas cosas.

La secretaria llegó puntual a su hora de entrada:
 -Clarita, una pregunta
-Dígame lic.
-Fíjese que no se encuentra en la pared del baño el espejo, ¿Qué acaso se rompió?
-¡No lic, no creo, lo vi todavía el viernes ¡
-¡pues no lo encuentro¡.
-Es curioso Clarita con este son tres espejos que desaparecen.
-Lic. Seguramente es fantasma que se los lleva.
- Jejejeje, ¡Si verdad¡
 

Era cierto, todos los abogados sabíamos que en el edificio circulaba una sombra,  varios de ellos aseguraban que cuando se encontraban solos la oían llegar, sus pasos subían por la escalera y se detenía, en la sala de espera, jamás le oyeron abrir algún despacho, pero no era claro donde se quedaba los abogados miraban esto como algo muy familiar, la hermana de mi compañero, incluso me contó que cuando ella estaba sola en el despacho, escuchaba como le tocaban la puerta, o le daban vuelta a la perilla, ¡como si alguien quisiera entrar¡, incluso se levantaba y salía a preguntarle a Clarita si alguien había tocado la puerta, y siempre obtuvo una negativa.

Cierto día llegue de la calle como a la una y quince minutos, la hermana de mi compañero Rosa se encontraba ordenando los libros:
-¡Hola como estas¡
-¡Bien Lic. y usted que cuenta¡
-¡Vengo acalorado¡
-¿Qué haces?
-Ordenando los libros Lic., pero el, ¡fantasma no me deja¡
-¿Cuál fantasma?
-Lic. antes que usted llegara, aquí donde estoy, voltee la mirada hacia fuera del despacho y logre ver un pantalón negro.
-¡Y que es mujer o hombre ¡
-Lic. para mi es hombre por el pantalón y sus zapatos.

Si hubiera desaparecido un espejo, no causaría extrañeza ¿Pero tres, en un lapso de un mes y medio?.  Alguien se había llevado tres espejos y ninguno de los abogados afirmaba haberlo tomado o que se hubiera roto.
Porque robarse un espejo, cuando se pudieron robar una computadora, los expedientes de los clientes, en fin cualquier otra cosa de valor, ¡pero unos espejos ¡ ¡no eran de oro¡.

Curiosamente, en el mismo lapso en que desaparecieron los espejos, en la calle en la que se encuentra ubicado el despacho se había sucedido el  asesinato de un homosexual.

El día en que desapareció el tercer espejo, en la nota roja del diario, se podía leer:  “fue encontrado muerto homosexual en la Avenida Lázaro Cárdenas”, se desconoce su nombre, persona de aproximadamente veinte años de edad, los hechos ocurrieron en la esquina que forman las avenidas Justino Sarmiento y Lázaro Cárdenas, el occiso presenta huellas de forcejeo, fue degollado, y se cree fue muerto por una arma punzo cortante.

La fotografía de la victima, me era conocida recuerdo que en la mayoría de los abogados existía coincidencia en que más que homosexual era una mujer, su forma de vestir, su maquillaje, su ropa, incluso su cuerpo y sus facciones eran muy femeninas, lo único que lo delataba era su voz.

¡Lo encontraron degollado a una calle del despacho¡ Comencé afanosamente a buscar en internet en las páginas policiacas homicidios de homosexuales, ¡sorpresa¡ ¡los tres asesinatos habían sucedido a unas calles del despacho¡,  en estos se había utilizado una arma punzo cortante.

Ese descubrimiento me dio, temor, ¿Que pasaba? ¿Eran coincidencias? ¿O existía la posibilidad que los espejos que habían desaparecido fueran el arma con las que se le habían quitado la vida a estas personas. O tal vez, sólo tal vez,  el asesino no soporto ver su cara en los espejos; luego entonces, ¡ él  conocía el despacho¡.

Jlara.
Septiembre 26 de 2009



sábado, 24 de julio de 2010

EL LOCO

Se lo que están pensando, he visto como me miran, como se burlan de mi, se que piensan que estoy loco (insensatos no saben que yo se que están locos).


Es cierto que me gusta salir al sol y elevar los brazos al cielo dando gracias al creador, quedarme unos minutos así (hasta que ya no siento mis brazos), apreciar como el sol pega sobre mi cara, como el aire acaricia mi torso desnudo, otras veces  me pongo mi sarape, ese de color negro con blanco, me coloco mi sobrero tejano negro y hago exactamente lo mismo, ¡y que ya por eso estoy loco¡. Quesque porque tiro por las noches toda el agua del estanque, ¡si¡ pero lo hago para lavar el patio que esta muy sucio, dicen que también hablo sólo, como si reflexionar en voz alta fuera síntoma de locura.

Puedo mirarlos y noto como se ríen de mi, como cuchichean, ilusos creen (eso pienso, no estoy muy seguro, como están locos),  que me pueden engañar, todos ellos están deschavetados. Ahora que miro las cosas, en mi familia siempre hemos sido diferentes la gente piensa que estamos locos; sin embargo, es mi esposa y mis hijos quienes están locos. Por las noches cuando finjo dormir, bien que los oigo decir que estoy loco, que deben internarme en un hospital; pero bien se yo, que son ellos lo que están mal, y que si hago lo que hago, es por pedirle a dios que los alivie, pero tengo que entenderlos, lo malo es que nadie me quiere ayudar, a veces me paro frente a la calle y llamo a las personas para que me ayuden con ellos, pero me ignoran, tienen miedo de que ellos les puedan hacer algo. ¡Sí están locos ¡, mis dos hijas todo el día se encierran en sus cuartos junto con sus hijas y nunca salen, no las veo, sólo por las noches cuando piensan que estoy dormido y se juntan para hablar de mí  puedo verlas, a veces toco a sus puertas y no me abren, por ello el otro día tome un hacha y le di a la puerta pero  como es de fierro no la pude abrir hasta que me detuvieron.  

Exactamente  anoche pude oír que conspiraban, dicen, que la noche de anoche, me la  pase destruyendo la cama, ¡locos ¡, ¡la cama estaba llena de alacranes ¡,  y ¡arañas¡, tuve que hacer pedazos las tablas de la cama para poder matarlas, eran un monto,  corrían por todos lados, incluso por las paredes de la casa, `¡tontos¡, me acusan y yo los protejo.

Los huecos que hice en el piso de la casa, ¡lo puedo explicar¡, no es que este loco, ¡no, lo juro¡, lo que pasa es que un ángel me dijo, que allí en algún lugar de la casa se encuentra un tesoro escondido, veinte barriles de monedas de oro, por ello escarbo se que las voy a encontrar, pero ellos no entienden y como son mas me quitan los fierros con que remuevo la tierra.

Ayer se pusieron de acuerdo, llamaron a la policía y me encerraron, por eso estoy aquí, dicen los muy malvados que apedree la casa de mi vecino, ¡ si la apedree ¡, pero ellos no miraban que una víbora pretendía entrar a su casa, como ellos ¡son locos¡, no entienden las cosas y por eso los policias me trajeron esposado, me patearon, se burlaron de mi me gritaban ¡loco¡, sabes que tu estas ¡loco¡, ¡te vamos a llevar al hospital, para que te inyecten y te quiten lo atarantado¡, ¡con baños de agua fría te vas a componer¡. Me encerraron en este cuarto, las ventanas tiene unos barrotes muy grandes, ¡aquí es muy frio¡ ¡no me dejan salir¡. ¡Ya vienen ¡, ¡no, a donde me llevan¡, ¡no quiero ir ¡, ¡no estoy loco, lo juro ¡.  

viernes, 23 de julio de 2010

INSTANTES


La tarde es fría, nublada,
el aire sopla,
la gente apresura el paso,
se tropieza, busca un taxi.

La lluvia cae, se abalanza
sobre los tejados,
se desliza rápidamente
y se aleja presurosa calle abajo.

Las personas que fueron sorprendidas
buscan afanosamente un lugar
donde resguardarse.

Los automóviles se aglutinan
su andar se vuelve lento,
autos y personas se asemejan
a las hormigas en un mismo camino.

El agua sigue corriendo,
le urge alejarse del lugar en que cayó
¿Para que huye de una forma tan vertiginosa?
Entre más rápido se aleje, de igual forma regresará,
aunque seguramente ya no será la misma.

Dentro huele a café
el aroma se mezcla con el
olor de los cuerpos mojados.


viernes, 9 de julio de 2010

LA ABUELA

Su silueta reflejada, sobre la yerba y los cafetales, la hacían ver flaca, larga, como si el fantasma realmente fuera ella, el candil en su mano izquierda, amenazaba con apagarse, la flama languidecía y a veces crecía, como los gritos lastimeros de la llorona ¡ay mis hijos¡, gritos que se perdían en la inmensidad del monte y de los cerros, gritos que hasta los perros, hacía que se les enchinaran los pelos del lomo, lanzando un gran aullido, no se si de dolor de miedo o de angustia, ¡auuuuuuu¡, sólo ella permanecía inmóvil, quieta, escuchando las gritos de la llorona para ir tras ella.

La noche era fría de ese frío que cala los huesos, que se mete por entre la ropa, que se desliza por entre los tejidos de cualquier abrigo, de cualquier prenda y sientes como te abraza con sus manos y brazos helados; la luna en lo alto, el cielo estrellado, todo se conjugaba para hacer de esa una noche de terror, hasta los grillos temerosos habían dejado de cantar, las ranas habían preferido guardar sus cantos, el silencio era absoluto.

Agustina no era cualquier mujer, se había creado con la más férrea disciplina del trabajo doméstico y de campo, había crecido entre los montes, en la ladera de aquel cerro, entre cafetales, jinicuiles, naranjos, corriendo libre, cual viento, trepando árboles de naranja, esa  había sido su escuela, ayudando en los quehaceres de la casa, no había tenido tiempo para jugar con las muñecas, para ir con las niñas a la escuela, para ir con las jóvenes a los bailes, esa vida no la había conocido, su vida era el trabajo, por amigos los perros, los cerdos, las ardillas, los armadillos. Su casa de piedra rustica, en medio de las faldas de aquel cerro que le daba todo para vivir, comida, agua, maíz, animales, frutas, que más podía pedir, la vida era simple. Su fecha de nacimiento era incierta, su acta de nacimiento se había perdido,  a falta de acta  del registro civil, guardaba un pedazo de hoja a rayas, arrancada de cualquier cuaderno en el que su hermano había escrito la fecha de su nacimiento, mil novecientos seis, su vida arrancaba con el siglo.

Ya joven, cuando su padre cortaba naranjas, o cualquier otro producto, tenía que acompañarlo a vender, no había autobuses, subía caminando, por las veredas de ese cerro, por la escalera de piedra, afianzándose de donde se podía, con una lona acuestas, avanzaba lentamente, hasta llegar a la cima de ese cerro y llegar a Banderilla a vender sus productos, entre descanso y descanso, no podía dejar de admirar la belleza de esos campos; el aire pegaba sobre su cara, llenaba sus pulmones de ese aire limpio, muchas veces la vista no era del todo agradable, cuando no de un árbol pendía un cuerpo balanceándose con el aire, él cual yacía ahorcado, otras veces los cuerpos estaban tirados por el camino muertos producto del pistolerismo de esa época, que tenia entre otros objetivos a quedarse con la tierra o la mujer del difunto; la altura de ese cerro le alcanzaba la vista par a ver al frente hasta Naolinco.

Esa había sido su niñez, su adolescencia, por ello había crecido de esa manera, espigada, flaca, fuerte de físico y de carácter, de andar ligero, rápido, pronto, ágil como cualquier animal de los que habitaban ese cerro.

Había sido testigo de las luchas cruentas entre Villistas y Carrancistas de cómo en algún momento de su vida, esos montes perdieron su paz, su tranquilidad, los cantos de jilgueros, de gorriones, de primaveras, había sido sustituidos por ruidos secos, explosiones, de rifles, había sido testigos como primero uno y luego otros habían llegado a su casa, para pedir comida, arreando con todos los animales de la casa, pollos, gallinas, cerdos, sin que  nadie pudiera decir palabra alguna, obligando a ella y su familia a comer unas tortillas preparadas con maza hecha de plátano tierno, había sido testigo de cómo los generales, por la tarde mandaban invitar a las mujeres solteras que vivían en esas casas dispersas por los montes al baile que ellos organizaban para su diversión y a la luz de candiles y música de viento, donde la guitarra y el violín eran los anfitriones se realizaba la fiesta, ¡pobre de aquellos¡ padres de familia que se negaran a llevar a sus hijas a ese baile, los castigos no se hacían esperar, azotes con el fuete en la espalda desnuda, otros eran colgados, estos eran algunos de los castigos, llegando incluso al fusilamiento de manera arbitraria, como todo lo que sucedía en ese contexto era arbitrario.

Ya de adulta, tenia que levantarse, muy temprano, cuando todos aún dormían para llevar el nixtamal al molino, para que fuera molido y poder hacer tortillas, mismas que tenia que preparar y una vez que el bastimento estaba listo, irse alcanzar a los hombres de la casa, sus hermanos y a su padre al campo, tomaba su machete y su azadón, llegando a trabajar al igual que ellos a la par, hasta que el día fuera cayendo, uno, tras otro día, fueron forjando esa voluntad férrea ese carácter fuerte, ese cuerpo curtido no sólo del sol, si no también de la tierra del aíre, como las raíces de los árboles y de los montes donde ella vivía, sus brazos morenos, eran largos delgados, en los cuales se podían ver en sus venas, correr la sangre con esa fuerza de vida que había adquirido en tantos años de trabajo, sangre que asemejaba los ríos y arroyos que bañaban las laderas de ese cerro, haciendo un suelo negro y fértil, sus brazos morenos, fuertes, rebelaban su enorme vitalidad.

Allí parada en la inmensidad de la noche y de los montes, no hubiera sido posible si no fuera por la vida desarrollada, como creer que una mujer, ya cuarentona, viuda, estuviera en la noche, acompañada de  sus perros y alumbrada como siempre por la tenue luz  de un candil, su  sombra reflejada la hacían ver más enjuta, pero aún conserva esa fuerza física y de espíritu, ¡allí se encontraba,¡ no cazando algún armadillo, u otro animal, ¡no¡, estaba cazando a la llorona. Ella estaba acostumbrada a lidiar con la muerte, siempre decía, de manera melancólica y a manera de orgullo, que había enterrado a sus padres, a sus hermanos, incluso a su marido,  Si las cosas siguen así, voy a enterrar también a Chavela”, ella era su hermana menor y único sobreviviente de esa familia. Otro de sus recuerdos tan cercanos con la muerte, era cuando ella bajaba a traer agua a un manantial que se encontraba como un kilómetro de distancia de su casa y por las tardes, casi oscureciendo, cuando llevaba sobre su cabeza una lata llena con agua, percibía como casi los últimos doscientos metros para llegar a  su casa una sombra se emparejaba con ella caminando, solía decirme “ una ves que cruzaba el corral de la finca vieja, la sombra comenzaba a caminar junto a mi, a unos cuantos metros, podía oír sus pasos en la hojarasca seca. Tenia que apresurarme, para no permitirle a la sombra que me ganara a llegar a la parte alta donde se encontraba la casa. Con la lata llena de agua sobre mi cabeza tenía que apresurar mi caminar”. Era una lucha entre la vida y la muerte, para eso le había preparado la vida, para soportar el peso que llevaba sobre su cabeza, para eso eran sus piernas fuertessi le hubiera dejado que me ganara a llegar a la parte alta, seguramente me habría llevado”   decía de manera muy ufana.

Otra de sus cercanías con la muerte, había tenido lugar, cuando su cuñada Caritina, se encontraba embarazada y junto con ella, su hermana y sus hijos, se encontraban cortando café, en una finca cercana a su casa, en ese lugar existían unas grandes piedras, su cuñada, cansada se sentó a descansar bajo una cueva muy grande cerca de unas matas de café, en eso estaba, ¡cuando se oye un quejido, luego otro y otro¡, lo que hizo que Caritina se levantara de manera apresurada, presa del miedo, la abuela se acercó a palpar el lugar –no te molestes, nadie te va quitar nada- , ¡otro quejido¡ –sólo estaba descansado-. Esos eran sus encuentros con la muerte, muy cordiales, ella solía decir –cuídate de los vivos-. Años más tarde, los dueños de la finca, enterados de tal percance le pidieron que escarbara en ese lugar y sacara el tesoro  que ellos le ayudarían y le darían una parte de lo obtenido, nunca aceptó, su vida era simple no le hacia falta el dinero, sus aspiraciones eran, muy sencillas.

Su marido había encontrado la muerte de manera muy común, como lo era en esos tiempos, muerto a balazos y a traición mientras trabajaba su jornada diaria, su asesino, era alguien que él conocía, pues en el lugar del crimen se encontraron sus huellas  colocadas de tal manera que victima y victimario estuvieron de frente, dos montones de cáscara de cacahuate, uno a lado de cada par de huellas de huaraches;  sin embargo el asesino tuvo miedo enfrentarlo, espero hasta que este dio la media vuelta y se agacho a seguir limpiando maleza de la tierra con su azadón, para matarlo por la espalda, haciendo sobre su cuerpo varios disparos, su marido aún tuvo tiempo de darse vuelta y echar mano de su machete, más ya no tuvo fuerzas para defenderse, allí quedó recargado sobre una piedra. Seguramente su asesino se despidió de él fingiendo irse ya de allí. Ella jamás se volvió a casar, quedando viuda y con dos hijos.  

Ya estaba cansada de escuchar todas las noches a la llorona con su canto lastimero, su hijos aun estaban chicos y se asustaban, no podían dormir por las noches y en el día les daba miedo ir a la escuela, pues para llegar a esta tenían que atravesar muchas fincas sembradas con matas de café, y aunque eran tres los niños que se acompañaban a la escuela, no tenían la misma fortaleza conque ella había sido creada. Su única hija mujer, un día se regreso aterrada, pues ese, ese día en el camino a la escuela se percato, de un árbol de jonote llenos de gusanos de colores rojo, negro y amarillo, que cubrían una porción muy grande del árbol, semejándose a una gigantesca culebra multicolor ;  así que esa noche armada, con  su candil y sus perros se dio  a la tarea de esperar a la llorona, allí en medio de esos montes. 

Llevaba entre sus vestidos guardada una botella con agua bendita, además de varias cruces hechas de palma bendita, por eso estaba quieta, cual felino acechando a su presa, la luz de la luna reflejaba la silueta de la llorona y a cada grito de ella, la abuela, la seguía y clavaba una cruz, previamente rociada con el agua bendita. Había empezado tal ritual, en el patio de la casa, y alrededor de la misma, siguió con la pila donde lavaban la ropa, y al primer grito de ¡ay mis hijos¡ la siguió, la fue llevando, la fue acechando, sus perros se regresaban llenos de miedo y espanto, otros se quedaban quietos echados con la cabeza entre sus manos, llegaron hasta la escalera de piedra fue la ultima cruz que puso en la tierra, ¡si, aún se escuchaban los lamentos de la llorona¡ pero ahora eran más lejanos, más tenues,  sus gritos de ay mis hijos, se oían rodar por las laderas, como una piedra cuesta abajo, la había echado no de los montes pero si de las cercanías de su casa. 

De vez en cuando quienes vivimos por estos lados la hemos escuchado con sus lamentos, algunos se atreven a decir que habían tenido encuentros con ella, saliendo despavoridos, pero ninguno tuvo el valor de enfrentarse a ella, a la mitad de la noche como lo hizo la abuela.
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                                         Jlara.     Diciembre de 2008.

jueves, 8 de julio de 2010

La Democracia en México




El título suena demasiado ambicioso, no aspiro a tal, en todo caso este texto tendría que ser un verdadero estudio de ese tópico en nuestro país. El tema viene a colación por las recientes elecciones locales en el Estado de Veracruz, en la que se eligió Gobernador, Diputados y Ayuntamientos


En este sentido me llama la atención el título del libro escrito por Norberto Bobbio “El futuro de la democracia[1]a la que define como un conjunto de reglas y procedimientos que debe promover quien esta autorizado para tomar las decisiones colectivas.

El término democracia proviene etimológicamente de la antigua Grecia y su significado original era “el poder del pueblo” (demo = pueblo, kratos = poder), para ser más preciso fue acuñado en la ciudad de Atenas donde se aplicó una forma de gobierno en la cual la ciudadanía tenían un rol preponderante las autoridades representaban directamente al pueblo siendo la mayoría de ellas elegidas por sorteo y el resto, que eran las más importantes se designaban por votación mediante aclamación popular de este modo todo el pueblo participaba activamente de las decisiones fundamentales respecto del funcionamiento de la ciudad.


Viendo estas dos definiciones que pintan de cuerpo entero el significado de la democracia, quiero referirme al significado que le asigna Bobbio. Del titulo de su libro “El futuro de la Democracia”, me surge un cuestionamiento, ¿tiene futuro la democracia en México? Las elecciones federales celebradas en el año 2006, para elegir Presidente de la República fueron las más cuestionadas de la historia de México, sin mencionar el contexto en que estas se desarrollaron y la posterior toma de protesta del candidato ganador quien lo tuvo que hacer entrando por la puerta trasera del recinto legislativo y la resistencia social pacifica emprendida por Andrés Manuel López Obrador.

Las recientes elecciones en el Estado de Veracruz, celebradas el día 4 de julio del presente año, estuvieron acompañadas de una serie de señalamientos previos, el mencionar que el IEV órgano encargado de llevar a cabo la elección era un ente parcial a favor del candidato del PRI, existieron algunas acciones que tal parecía que era posible darle la razón a quienes esto cuestionaron, el señalamiento de que se rebasaran los topes de campaña, los audio escándalos, la compra de votos, tanto del equipo rojo como del azul, encuestas inducidas, operativos tendientes a manipular la voluntad del electorado, la noche previa a la elección y durante la misma jornada electoral era posible darse cuenta del acarreo de votantes, dizque invitados a un desayuno, otras persona señalan que llegaron a ofrecerles mil quinientos pesos por su voto, el uso y abuso tanto de padrones federales como estatales de personas beneficiadas de los diversos programas (asistenciales) sociales. En tanto Miguel Ángel Yunes, como Duarte se dicen ganadores.

En estos términos, el concepto de democracia de Bobbio, como el concepto clásico usado en la Grecia antigua han sido rebasados y en este sentido es que tiene aplicación la pregunta hecha “¿tiene futuro la democracia?”. Antes de tratar de contestar; quiero referirme a lo señalado  por Lorenzo Córdoba por cuanto hace a esta forma de gobierno,  menciona que Kelsen aborda el concepto de democracia desde un punto de vista axiológico al concepto valor de libertad política, como la capacidad de autodeterminación,  lo cual para este autor es un valor intrínseco al ser humano[2].  

Seguramente y en tanto alguien organice las elecciones y exista (mínimo) un conjunto de reglas para llevarlas a cabo la democracia existirá; sin embargo, desde mi punto de vista en términos de lo señalado por Kelsen, debemos observar en que medida este concepto de libertad de elegir ha sido restringido. La democracia ha sido prostituida, es posible advertir una serie de acciones con las cuales se busca obtener la preferencia por un determinado candidato, obtener el voto de un ciudadano, incluye desde mensajes subliminales por la radio o la televisión hasta la guerra sucia ya sea en estos medio o en los impresos, encuestas fabricadas a modo de quien las solicita, compra del voto en efectivo o en especie, amedrentamiento y en su caso hostigamiento de eliminar de los padrones federales o estatales a beneficiarios de los programas de asistencias social, suplantamiento de resultados, robo de urnas, acuerdos cupulares entre los lideres de los partidos políticos, la intromisión de los gobernantes en el manejo de la campaña de un determinado candidato(s), caída del sistema encargado de llevara a cabo el almacenamiento de los resultados obtenidos en un a jornada electoral; no estoy descubriendo el hilo negro esto existe es posible apreciarlo, que nos sucede como sociedad que permitimos que esto ocurra, resulta paradójico que quienes deben de representarnos en los diferentes ámbitos de gobierno a fin de ganar nuestra simpatía, tenga que recurrir a este tipo de acciones, de lo cual resulta que una vez que logran su objetivo se olvidan que fueron elevados a la categoría de representantes del pueblo y no actúan en beneficio de este y sucede lo contrario se representan así mismos o representan al grupo que lo llevo al poder, pero si todo esto lo sabemos; porque lo permitimos, que nos hace falta, para dejar de ejercer una democracia a todas luces viciada. 


Si continuamos por este camino habrá que preguntarnos si ¿la democracia tiene futuro?, vivimos en una forma de gobierno basada en una democracia simulada, hoy en día la realidad es diferente a los conceptos antes señalados. El 2 de julio del año 2000, aun y con los vicios antes mencionados la sociedad mexicana logró cambiar un régimen político que se había perpetuado en el poder por un largo tiempo de esa memorable fecha al día de hoy, seguimos realizado elecciones con todos estos vicios, podemos advertir que no obstante la transición política que vive nuestro país este dista mucho de celebrar elecciones democráticas donde se garantice la libertad del sufragio con la consecuencia natural que los gobernantes en turno suelen carecer de un porcentaje amplio de legitimidad.     


[1] BOBBIO. Norberto. El futuro de la Democracia. 2a ed. Edit. FCE. Mèxico,D.F. 1996.
[2] CORDOBA VIANELLO, Lorenzo. Derecho y Poder. 1ª ed. Edit. FCE-UNAM.Mèxico.2005.P