lunes, 2 de septiembre de 2013

TIEMPOS DIFICILES

En tiempos difíciles, ya sea por la inseguridad, la falta de liquidez, una economía no del todo buena, problemas familiares o de salud, he notado que generalmente somos dados a la introspección y eso desde mi perspectiva me parece muy bien, sólo que la pregunta en este caso es ¿Por qué tenemos que esperar a que suceden hechos que nos aflijan para ser introspectivos?

Me parece que una respuesta tendría que ser el miedo, ahora la cuestión es ¿miedo a que? El ser humano tiende en múltiples ocasiones a desmoronarse ante los problemas que se le presenten sean de la índole que sean.

La fuerza moral, el temple, la firmeza de carácter no es algo que los individuos trabajen de manera permanente de tal suerte que el estudio de la vida y de la naturaleza les permita observar los hechos que suceden de manera cotidiana como un proceso natural y que nada permanece, sólo debemos esperar de manera estoica, serena y tranquila a que las cosas que nos afligen pasen, y que la dualidad de las cosas, la ley del péndulo o el fluir y refluir de la vida misma nos permita cambiar de posición.


No obstante, creo que una persona que se entrena (como lo haría cualquier deportista), de manera constante en purificar su alma, en limpiar su espíritu de las a tribulaciones diarias, puede observar el flujo y reflujo de las cosas y de esa manera colocarse lejos de una o cerca de la otra según convenga.

Lo que he podido observar son los diferentes métodos de solución de estos problema, no falta el que se refugia  en el alcohol pretendiendo de esa manera salir de las confusiones que atraviesan por su vida, las religiones comúnmente utilizan de manera frecuente la oración y, otros más la reflexión en sus diferentes grados.

Lo que me queda claro, es que el ser humano de una forma u otra busca sentirse aliviado aligerado de los problemas que le aquejan, para ello, inicia su búsqueda, sin importarle los métodos que utilice y muchos de este actuar es inconsciente.

La naturaleza humana con el transcurso del tiempo nos lleva a crear y sentir una especie de apego a las cosas, de tal suerte que cuando están dejan de estar a nuestro alcance nos sentimos desprotegidos, faltos carentes de aquello que se nos va, (un amor, la pérdida de un ser querido).

En tiempos difíciles, también ocurre que nos aflige la falta de liquidez económica, los gastos personales y de la casa no permiten que llevemos a cabo nuestros proyectos, más allá esta incertidumbre de bienestar nos desgasta tanto física como emocionalmente, no pocas son las horas que le dedicamos a buscar la forma de salir adelante con nuestras familias, el tener un techo seguro y el alimento nos permite tener tranquilidad; sin embargo, los tiempos actuales y esta sociedad de consumismo nos impone un ritmo de vida y una visión de lo que debe ser una persona, lo que nos lleva a ser presas del mercado de todo tipo, la educación por ejemplo, las escuelas públicas ya no son suficientes y el darles una oportunidad a nuestros hijos de formarse es una verdadera preocupación.

En estos momentos que de manera muy sucinta he tratado de narrar de manera muy sintetizada, el ser humano es dado a recurrir a fuerzas superiores a las que generalmente se le pide ya sea en oración o meditación la solución de nuestra problemática sea esta del tipo que sea.

Las fotos de esta entrada pertenecen a mi autoria