¿Que nos hace falta para crear conciencia? Esperar que la naturaleza al sentirse amenazada, se sacuda de nosotros al considerarnos una especie invasora. Si continuamos destruyendo nuestro entorno, no habrá cultura que pueda ufanarse de ello, (digo si es que algo se llegase a salvar), sólo quedaran ruinas de lo que costo años de evolución, lo cual demostrará nuestra mezquindad.
La selva y el bosque son productores de agua, en ambos se dan intercambios de materia y energía, regularizan el equilibrio hídrico y el clima y sirven como prevención contra la erosión del suelo, protegen la biodiversidad, proporcionan madera, leña, retienen el carbono y frenan el cambio climático, generan empleo y son un lugar de esparcimiento y ocio para la población de las grandes urbes, entre otras tantas cosas, incluso se utilizan en favor de nuestra economía; no obstante esa evolución de los bosques y selvas que tardo años y siglos en cubrir nuestro planeta, con la aparición del ser humano, han sufrido en un periodo muy corto una tremenda agresión, rompiendo el perfecto equilibrio que existe en la naturaleza, al rasgarse ese hilo tan fino, tan sutil entre la naturaleza y el ser humano, vemos hoy en día las consecuencias de esa agresión a nuestro entorno.
En términos generales le damos el nombre de cultura a todo aquello que ser humano hace, todo lo que ha incorporado a su entorno; no obstante me resulta, difícil comprender que la agresión que hacemos a la naturaleza le podamos llamar cultura, tal vez le podamos denominare como una cultura de la destrucción, también me resulta increíble que no entendamos que esas agresiones a la naturaleza hoy en día se está revirtiendo y ponen en peligro nuestra existencia como seres vivos.

Agradezco a mi amigo José Antonio Galván Martínez por las fotos que se publican en esta entrada, toda vez que son de su autoría.
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